Cuando se habla de marcas con historia y presencia internacional, Piccadilly ocupa un lugar destacado. Fundada en 1955 en Brasil con apenas 12 pares de zapatos, hoy la compañía celebra casi 70 años de trayectoria y presencia en más de 100 países. Una de las personas que ha acompañado de cerca esta expansión es Rafael Schimit, especialista en exportaciones, quien visitó Ecuador para reforzar la relación con distribuidores y clientes de la marca.
Una vida dedicada al calzado y las exportaciones
Rafael comenzó en el mundo del calzado a los 14 años, trabajando en la empresa de su padre. A los 19 ya estaba vinculado al comercio internacional y, con el tiempo, cofundó la empresa Target, dedicada a la exportación de calzado brasileño. Desde entonces, ha sido parte fundamental en la internacionalización de Piccadilly, abriendo mercados en Perú, Ecuador, Guatemala y más tarde en Europa, a través de ferias especializadas en Düsseldorf, Alemania.
Su testimonio refleja la importancia de la perseverancia y la creatividad: en los años noventa, sin internet ni redes sociales, el contacto con clientes se hacía recorriendo tiendas, buscando distribuidores en páginas amarillas y viajando largas distancias con maletas llenas de muestras.
El origen del nombre Piccadilly y la visión global
Aunque Piccadilly nació en 1955, no siempre exportó bajo su propia marca. En los años setenta, un proveedor brasileño que viajó a Londres se inspiró en la famosa plaza Piccadilly Circus y sugirió adoptar ese nombre. El fundador, Romiro Linzo, aceptó, y desde entonces la marca comenzó a consolidar su identidad internacional.
La primera exportación oficial bajo el nombre Piccadilly se realizó en los años ochenta hacia Inglaterra. Fue el inicio de una historia global que hoy posiciona a la marca como líder en calzado femenino de confort y diseño.
Confort certificado: innovación que marca la diferencia
Uno de los puntos clave en el éxito de Piccadilly es su compromiso con la comodidad y la salud. Desde los años noventa, la compañía decidió fabricar zapatos que no solo fueran estéticamente atractivos, sino también cómodos durante todo el día.
Para respaldar esta promesa, Piccadilly trabaja con SATRA, el laboratorio líder mundial en tecnología de calzado con sede en Inglaterra. Cada material y cada tecnología de la marca pasa por pruebas y certificaciones internacionales, lo que garantiza productos seguros, confortables y duraderos.
Ecuador: un mercado estratégico
En Ecuador, Piccadilly inició operaciones a finales de los noventa. Tras distintas etapas de distribución, en 2019 se consolidó la alianza con ORFA, logrando un mayor posicionamiento de la marca en ciudades como Quito, Guayaquil, Cuenca, Manta, Portoviejo y Ambato.
Rafael reconoce el papel clave de ORFA en esta consolidación: capacitaciones constantes, merchandising, soporte a clientes y una estrategia enfocada en crear experiencias de satisfacción más allá del precio. Hoy, Piccadilly se reconoce en el país como un calzado de bienestar y estilo, elegido por mujeres que buscan comodidad sin renunciar al diseño.
Presencia en medios y cercanía con el consumidor
Durante su visita, Rafael también participó en programas digitales junto al doctor Albuja, reconocido especialista en podología en Ecuador. Esta colaboración permitió mostrar cómo Piccadilly se relaciona directamente con la salud y el confort, reforzando la confianza del consumidor en que no se trata solo de un zapato, sino de un beneficio para la vida diaria.
Claves del mensaje de Rafael Schimit
- El éxito se construye en equipo: “Si ganamos, ganamos juntos; si perdemos, todos perdemos”.
- No se trata solo de vender: el objetivo es que el cliente regrese porque se siente satisfecho.
- Innovación con respaldo: cada producto está validado por laboratorios internacionales.
- Ecuador es estratégico: la gestión local es vital para que la marca siga creciendo.
Conclusión
a historia compartida por Rafael Schimit demuestra que Piccadilly no es una marca improvisada, sino el resultado de casi siete décadas de innovación, visión internacional y compromiso con la comodidad femenina.
Con su expansión en Ecuador, la marca refuerza un mensaje claro: la moda no tiene que estar reñida con el confort. Piccadilly seguirá creciendo porque escucha a sus clientas, innova con tecnología certificada y construye relaciones de confianza con cada mercado en el que ingresa.
